[lidiav]

En mi situación he de decir que si soy una privilegiada respecto con otras mujeres, ya que tanto en mi trabajo como en mi familia, hombres y mujeres somos iguales.

En mi hogar las tareas domésticas y el cuidado de la niña está equiparado. Nos repartimos la tarea para que siempre tengamos tiempo para nosotros, tanto a nivel personal como de pareja. Somos un equipo.

En mi trabajo somos un equipo de educadores, los cuales todos tenemos el mismo sueldo, realizamos el mismo trabajo y todos tenemos las mismas responsabilidades.

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A lo largo de estos años en los que mi hija va a los colegio, he coincidido con muchas familias, que hablando con las mujeres de las mismas, se encuentran en una posición de doble trabajo, tienen limitadas las jornadas para cuidado de los hijos, o simplemente han dejado de trabajar para cuidar de ellos.
A todos esos maridos les diría que por un momento se pusieran en el lugar de sus parejas, como se sentirían si fueran ellos los que tuvieran que limitar su espacio personal o su tiempo laboral para tener que atender la casa y la familia. La mejor forma de que comprendan el sentimiento de las mujeres que lo sufren es poniéndose en su lugar, que sean capaces de sentir y empatizar con ellas.
A día de hoy es muy difícil encontrar el mejor momento, que ya que pocos hombres ven en su actitud algo negativo. Para ellos es algo que han crecido con ello, el hombre trabaja, la mujer cuida de la casa y la familia.

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No me he cruzado nunca con ningún hombre que piense o diga que quiere cambiar como hombre.

Creo que los hombres no hay que cambiarles, hay que educarles en igualdad desde pequeños, así no tendrán que sentirse mal por como son. Las escuelas, los institutos,... son el mejor lugar para educar en igualdad a las nuevas generaciones. Y los que ya son mayores, es difícil hacerles ver que lo que hacen y/o piensan está mal.

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A día de hoy se mantienen muchas de las diferencias observadas, debemos reeducar a estas generaciones y no cometer los mismo errores con las nuevas. Una mujer no vende más si va desnuda y un hombre no es menos hombre si se muestra débil.

En mi caso durante una época en la que estuve muy activa buscando empleo me di cuenta de la gran diferencia que hay entre los "trabajos solo para hombres" y los trabajos " solo para mujeres". La situación que me tocó vivir me hizo buscar trabajo en cualquier sitio, de manera que me fui a una ferretería de mi pueblo a ofrecerme para el puesto de dependiente y el dueño muy disimuladamente me dijo que estaba buscando a alguien un poco más preparado físicamente, porque había que coger peso, manejar maquinaria, que no daba el perfil de la persona que andaba buscando. Me quedé a cuadros. ¿ Como puede saber como soy y como trabajo si ni siquiera me da una oportunidad?

Respecto a mi vida diaria, nada tiene tiene que ver con lo contado anteriormente. Si bien vengo de una familia en la que se ha diferenciado el trato entre mi hermano varón y yo, comparto mi vida con una persona que por su educación y su forma de ser está en igualdad conmigo. Cualquier tarea de casa está hecha por ambos, el cuidado de la niña, el trabajo... somos un equipo y jugamos en el mismo bando, sin distinciones. Ojalá todas las mujeres pudieran decir lo mismo que yo.

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El movimiento "ni una menos" en el marco de la frase " de camino a casa quiero ser libre, no valiente" me ha hecho pensar en lo vivido cuando empecé a salir de noche con mis amigas. Nos daba miedo andar solas por el pueblo en el que vivíamos, porque en alguna ocasión nos habían perseguido chicos mas mayores diciéndonos impertinencias. Empezamos a ir juntas a dormir a casa de la una y de la otra, para no quedarnos nunca solas. Desde ese episodio se me ha quedado el miedo en el cuerpo, me cuesta mucho ir sola por la calle de noche; y ahora que soy madre de una niña me da miedo que pase por lo mismo que me pasó a mi.

Es importante que trabajemos para que las nuevas generaciones femeninas no tengan que seguir luchando por unos derechos que deberían de estar ya adquiridos. El punto más importante es eliminar los estereotipos desde pequeños, la forma de vestir a nuestros bebés, los juguetes que les compramos,.... eduquemos en igualdad, para que en el futuro se reconozca los mismo logros a hombres y mujeres, no como en el poema de Bertolt Brech; que se escriba la historia tanto desde el punto de vista masculino, como femenino. Solo de esta forma conseguiremos la igualdad, ya que nadie se sentirá atacado por el sexo opuesto, ya que todos se sentirán iguales ante la vida.

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Después de leer, analizar la frase y de investigar sobre su autora, me sugiere que para poder cambiar nuestro futuro, el sistema en el que estamos inmersas, hay que cambiar los cimientos de la educación, a partir de los cuales parte todo lo demás.

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A lo largo de la historia se han ido excluyendo a las mujeres de los relatos históricos, porque para las personas que la escribían era una forma de quitarse protagonismo. Dar visibilidad a las mujeres podía servir para que el resto dejaran de ser sumisas, para que lucharan por sus derechos, de nuevo el macho alpha se sentía amenazado y era mejor mantenerlas en la sombra.

Las mujeres, en España, vieron reconocido su derecho a voto en la Constitución de 1931. Con ello se logró tener representación femenina dentro del mundo político, a través de la cual se empezó a luchar por la igualdad de las mujeres en nuestro país.

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Durante la época de la historia de la que estamos hablando, las mujeres reivindicaban una educación igualitaria, para que hombres y mujeres tuvieran las mismas oportunidades. Era muy importante formarse para poder alcanzar un trabajo y poder tener una vida independiente del hombre.

Educación era sinónimo de libertad para la vida de una mujer.

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El autor Bertold Brecht hace de su poema un pequeño repaso en la historia, siempre marcada por las grandes figuras masculinas, no es hasta al final del mismo que con una simple pregunta, cita de manera indirecta la figura de la mujer; o eso es lo que a mi me ha dado a entender, pero solo para colocarla detrás de las cocina.

Respecto a la nueva reflexión que nos propones, puedo decir que siempre que ocurre algún hecho que pasará a la historia, solo se tiene en cuenta quien estaba al mando de dicha acción, no los que estuvieron a pie de calle, en primera línea. Eso desgraciadamente ha pasado siempre y seguirá ocurriendo, porque nos gusta ponernos medallas gracias a los esfuerzos de los demás. Siempre grandes hombres, grandes ejércitos, pero nunca se tiene en cuenta todo el conjunto de personas que tenían alrededor para llevar a cabo dichas conquistas.

[lidiav]

Después de leer y analizar las diferentes biografías, te das cuenta que con el paso de los años, grandes mujeres marcaron la historia de sus pueblos, culturas y sociedades; pero raras veces se les reconoce dicho trabajo de manera pública. Además de todo eso, en el momento que las acciones llevadas a cabo por mujeres van en contra de los intereses de unos pocos (la iglesia, los empresarios,....) se las humilla, se las falta al respeto o se las maltrata de alguna forma u otra (físicamente, económicamente, verbalmente,...)

Es decir que la historia se repite, el hombre por cultura se considera superior a la mujer y hasta que no cambiemos esto desde las raíces culturales, no vamos a poder avanzar hacia una cultura igualitaria.

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